Solemos pensar que el cuidado de la higiene de la cavidad oral nos aporta beneficios locales, en forma de prevención de caries y otras enfermedades periodontales. Sin embargo, desconocemos que, un adecuado cuidado oral puede generar beneficios al resto del organismo.
Entre estos beneficios, por ejemplo, sabemos que disminuye el riesgo de sufrir eventos coronarios o enfermedad cardiovascular (Wu et al., 2000).
La caries dental y la enfermedad periodontal son las enfermedades más prevalentes que afectan a la cavidad oral.
Su desarrollo se relaciona con una higiene deficitaria que resulta en el acúmulo de placa bacteriana, y también con otros factores, como el hábito tabáquico o la dieta.
La placa dental es un “biofilm” que se deposita sobre la superficie dentaria, y que está compuesto por bacterias, proteínas humanas y polisacáridos bacterianos. Se sabe que el acúmulo de placa bacteriana genera un aumento de bacterias productoras de ácido, así como su tolerancia a ese ambiente ácido, incrementando el riesgo de caries. La ingesta de azúcares fermentables, o la presencia de un menor flujo salivar, generan un ambiente ácido persistente que selecciona las bacterias más cariogénicas. Es por eso que una dieta rica en azúcares refinados, o enfermedades como el síndrome de Sjögren, que comporta una disminución de la cantidad de saliva, redundan en un mayor desarrollo de caries.
A raíz del desarrollo de las técnicas de secuenciación de alto rendimiento hemos podido conocer mejor la composición de las bacterias que conforman los distintos ecosistemas humanos. La flora que habita la cavidad oral es quizá la más desconocida. Un reciente estudio (Belda-Ferre et al.,2012) analizó mediante diferentes técnicas de secuenciación la composición de la placa bacteriana y las cavidades provocadas por la caries en distintos individuos: aquellos que nunca habían sufrido caries, otro grupo con elevado número de caries e higiene oral deficitaria y, por último, un grupo con antecedente de caries y que en el momento del estudio presentaba un bajo número de ellas. El análisis de las secuencias de ADN bacteriano reveló una mayor proporción de las clases Bacilli y Gammaproteobacteria en los individuos sanos, mientras que clostridiales (pertenecientes a la clase Clostridia) y Bacteroidetes fueron más abundantes en los individuos con caries. Por otro lado, las bacterias de la clase Bacilli eran especialmente deficitarias en las muestras procedentes de las cavidades cariogénicas, que su vez, mostraban una mayor proporción de Actinobacteria. De la información generada se puede inferir no sólo información taxonómica sobre diversidad, sino también las propiedades funcionales y metabólicas presentes en una comunidad bacteriana dada. Así, el estudio puso de manifiesto que en la cavidad oral de los individuos sanos encontrábamos genes relacionados con péptidos antibacterianos como bacteriocinas, entre otros.
Estos hallazgos preliminares deberán ser objeto de más estudios; sin embargo, aportan conocimiento sobre factores modificables en el desarrollo de enfermedades tan prevalentes como la caries, y que pueden ser objeto de intervención mediante el uso de probióticos. Los mecanismos en virtud de los cuales los probióticos se postulan como preventivos en la formación de la caries dental se basan en la disminución de la adherencia a la placa bacteriana al existir coagregación de los mismos selectivamente con Streptococcus mutans, o la estimulación en la síntesis de bacteriocinas. Se han utilizados distintas cepas de Lactobacillus y Bifidobacterium en varios ensayos clínicos (Cagetti, Mastroberardino et al., 2013), aunque están aún por determinar los protocolos de administración, formas de liberación o efectividad en la disminución de la caries dental de estas cepas.
Bibliografía
Belda-Ferre P, Alcaraz LD, Cabrera-Rubio R, Romero H, Simón-Soro A, Pignatelli M, Mira A. The oral metagenome in health and disease. ISME J. 2012; 6(1): 46-56.
Cagetti MG, Mastroberardino S, Milia E, Cocco F, Lingström P, Campus G. The Use of Probiotic Strains in Caries Prevention: A Systematic Review. Nutrients 2013; 5: 2530-50.
Wu T, Trevisan M, Genco RJ, Dorn JP, Falkner KL, Sempos CT. Periodontal disease and risk of cerebrovascular disease: the first national health and nutrition examination survey and its follow-up study. Arch Intern Med. 2000; 160(18): 2749-55.