Un artículo publicado en la revista Nature Medicine sugiere que la presencia y cantidad de ciertos géneros de bacterias puede afectar el rendimiento deportivo.
Recientemente ha sido publicado en la revista Nature Medicine1 un trabajo de investigación realizado en la Escuela de Medicina de Harvard que ha tenido una gran repercusión mediática, al hacerse eco la prensa no especializada de la noticia. Como ya ha ocurrido otras veces, el interés que despierta entre el público en general el mundo de la microbiota y los probióticos sobre la salud o la enfermedad, como por ejemplo, en el caso de la obesidad o el autismo, es grande, aunque hay que agradecer que en este caso el impacto haya sido positivo.
Los autores del estudio creen que hay una relación entre un mayor rendimiento y las bacterias del género Veillonella que parecen estar en mayores cantidades entre los corredores de maratón, aislando en heces tras la carrera una cepa de Veillonella atypica que provoca una notable producción de un ácido graso de cadena corta, el propionato. De hecho, la inoculación de esta cepa en ratones aumentó significativamente el rendimiento en la cinta de correr.
La investigación se inició en 2015 a partir del análisis de la microbiota intestinal de 15 personas que participaron en el maratón de Boston. La principal diferencia encontrada en la secuenciación, antes y después de la carrera, fueron las bacterias del género Veillonella, cuyo número aumentó en los días posteriores al maratón. Estas bacterias, además, eran más abundantes en las personas físicamente activas que en las personas sedentarias que sirvieron de grupo control.
Posteriormente se administró esta cepa de Veillonella atypica a un grupo de 16 ratones, que se comparó con un grupo control que recibieron Lactobacillus bulgaricus. El resultado fue que los primeros corrieron un 13% más en los dispositivos instalados en sus jaulas. Un estudio posterior con 87 deportistas de alto rendimiento –corredores de ultramaratones y remeros olímpicos- confirmó que la actividad física incrementa las poblaciones de Veillonella en la microbiota intestinal.
En conjunto, estos estudios revelan que V. atypica mejora el esfuerzo físico a través de la conversión metabólica del lactato inducido por el ejercicio en propionato, identificando así un proceso enzimático natural codificado por microbiomas que mejora el rendimiento deportivo.
Todo esto nos haría especular que los atletas de élite pueden mejorar sus marcas con el empleo de preparados que contengan esta cepa, aumentando la población de Veillonela en su microbiota intestinal. Los autores también aventuran que esta cepa probiótica podría ser beneficiosa en personas sedentarias.
Este estudio se une a otros que han intentado analizar qué papel puede jugar la microbiota en los deportistas. Así, investigadores de la Universidad de Cork en Irlanda, han observado que los jugadores de rugby profesionales tienen una microbiota con mayor diversidad que los sujetos no deportistas, evidentemente con menor complexión física, aunque no se ha llegado a determinar si esas diferencias eran consecuencia del ejercicio o de la dieta2.
En otro estudio, realizado en la Universidad de Illinois, los autores comprobaron que tras 6 semanas de entrenamientos la microbiota intestinal, tanto en individuos delgados como en obesos, cambiaba con un aumento de la diversidad microbiana, efecto que revertía en el mismo periodo de tiempo al volver al sedentarismo, independientemente del tipo de dieta3.
En conclusión, todos estos trabajos abren una línea de investigación donde, por una parte, pretendemos descubrir si los cambios en la microbiota podrían influir de una manera beneficiosa en las personas que realizan ejercicio y, por otra, se plantea si los deportistas de élite podrían mejorar su rendimiento modulando su microbiota con el empleo de probióticos. El futuro nos dará la solución.
Bibliografía
- Scheiman J, Luber JM, Chavkin TA, MacDonald T, Tung A, Pham L-D et al. Meta-omics analysis of elite athletes identifies a performance-enhancing microbe that functions via lactate metabolism. Nature Medicine. 2019; 25: 1104–9.
- Clarke SF, Murphy EF, O’Sullivan O, Lucey AJ, Humphreys M, Hogan A et al. Exercise and associated dietary extremes impacto on gut microbial diversity. Gut. 2014; 63: 1913-20.
- Allen JM, Mailing LJ, Niemiro GM, Moore R, Cook MD, White BA et al. Exercise Alters Gut Microbiota Composition and Function in Lean and Obese Humans. Med Sci Sports Exerc. 2018; 50: 747-57.