Los probióticos podrían evitar la propagación de genes de resistencia a antibióticos

niños finlandeses

Los genes de resistencia a antibióticos ligados a elementos móviles (no integrados en el cromosoma) persisten durante más tiempo aun después de suspender la terapia con antibióticos, ya que se trasladan de unas especies a otras que pasan a ser resistentes y dominantes. El uso de algunos probióticos en paralelo con los tratamientos antibióticos evita la proliferación de cepas resistentes mediante un mecanismo de competición.

Es bien conocido que las comunidades microbianas del intestino son especialmente variables durante los tres primeros años de vida, antes de estabilizarse a un estado similar al del adulto. Sin embargo, se sabe relativamente poco sobre el impacto de los antibióticos en el desarrollo inicial del microbioma intestinal humano.

En un estudio prospectivo de una cohorte de 39 niños finlandeses seguidos durante los primeros tres años de vida, se observó que aproximadamente la mitad de los niños tuvo que recibir antibióticos por diversos motivos clínicos, fundamentalmente otitis e infecciones respiratorias1. El estudio recogió muestras de heces mensualmente desde el nacimiento hasta los tres años, con el fin de estudiar la estabilización de las comunidades microbianas, de modo que finalmente se analizaron 1.069 muestras, con una media de 28 muestras de cada niño. La secuenciación masiva de todo el contenido genético de las muestras permitió la detección de la presencia y abundancia de genes de resistencia a antibióticos.

Como era esperar, la microbiota de los niños tratados con antibióticos era menos diversa en términos de riqueza de especies bacterianas y también de variedad de cepas dentro de una misma especie, de modo que en algunos casos la especie quedaba representada por una sola cepa. Además, se observaron grandes oscilaciones en la composición entre muestras consecutivas de niños tratados con antibióticos, que en su conjunto tardaron más en adquirir estabilidad de la microbiota intestinal.

Los genes de resistencia a antibióticos integrados en el cromosoma incrementan su abundancia durante el tratamiento con el respectivo antibiótico, en paralelo con la cepa portadora del gen, que también se convierte en dominante. Al suspender el antibiótico hay un rápido declive del gen y de la cepa portadora del gen. Pero el hallazgo más relevante fue detectar como los genes de resistencia a antibióticos ligados a elementos móviles (no integrados en el cromosoma) persisten durante más tiempo aun después de suspender la terapia con antibióticos, ya que se trasladan de unas especies a otras que pasan a ser resistentes y dominantes.

La propagación de genes de resistencia a antibióticos es un problema de salud pública de primer orden, y por desgracia no parece que tengamos estrategias claras para combatirlo. Sabemos que el uso de algunos probióticos en paralelo con los tratamientos antibióticos evita la proliferación de cepas resistentes mediante un mecanismo de competición2. Al evitar la dominancia de cepas resistentes, seguramente limitaremos también la propagación de los genes de resistencia a antibióticos extracromosomales, que son los que tienen potencial de transmisión horizontal interespecies. No hay que olvidar nunca la prescripción de probióticos junto y a la vez que el antibiótico.

Bibliografía

  1. Yassour M, Vatanen T, Siljander H, et al. Natural history of the infant gut microbiome and impact of antibiotic treatment on bacterial strain diversity and stability. Sci Transl Med. 2016; 8(343): 343ra81.
  2. Swidsinski A, Loening-Baucke V, Schulz S, Manowsky J, Verstraelen H, Swidsinski S. Functional anatomy of the colonic bioreactor: Impact of antibiotics and Saccharomyces boulardii on bacterial composition in human fecal cylinders. Syst Appl Microbiol. 2016; 39(1): 67-75.
Fecha de última modificación del artículo: 05/02/2018
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