Comentamos un nuevo artículo publicado en la revista Gastroenterology correspondiente a un ensayo clínico sobre el trasplante fecal y su potencial para tratar la colitis ulcerosa.
El trasplante fecal (TF) ha cobrado protagonismo a lo largo de los últimos años, por su potencial capacidad de revertir los estados de disbiosis que han sido relacionados con determinadas patologías. Y decimos “cobrar protagonismo” porque existe evidencia de su uso desde el siglo IV en China para el tratamiento de pacientes afectos de diarrea severa, con efectos “milagrosos”, ya que los enfermos presentaban una rápida mejoría1.
Su altísima eficacia para la diarrea recidivante por Clostridium difficile fue demostrada en un estudio publicado en el New England Journal of Medicine2 recientemente. Su empleo en el campo de la colitis ulcerosa (CU) disponía de evidencia muy heterogénea y escasa, pero este mismo mes de julio un grupo canadiense ha publicado en la revista Gastroenterology3 un ensayo clínico que merece la pena ser comentado. Con un diseño doble ciego frente a placebo, se administra a pacientes con CU moderada-severa un enema semanal procedente de heces de voluntarios sanos a lo largo de un periodo de 6 semanas. Los resultados, que evalúan la remisión en la semana 7, son favorables al TF con una eficacia del 24% frente al 5% en el grupo placebo. Curiosamente, los efectos parecen muy dependientes del donante empleado en cada caso, ya que la eficacia de uno de ellos fue mucho mayor en comparación con el resto de donantes. El perfil taxonómico de las heces de este donante “efectivo” refleja una predominancia de la familia Lachnospiraceae y el género Ruminococcus. Utilizando índices de diversidad bacteriana, se pone de evidencia que los pacientes que reciben el TF ganan diversidad, y ésta se parece más a la flora del donante. Con respecto al perfil de los pacientes afectos de CU, aquellos con un menor tiempo de evolución de la enfermedad y tratamiento inmunosupresor responden mejor al tratamiento.
Sin embargo, los resultados del ensayo clínico no pueden ser reportados como positivos, ya que en un análisis intermedio se apreció cómo era altamente improbable llegar a las conclusiones que se establecieron para el cálculo muestral. Esto es: 50% de eficacia para el TF y 25% para grupo placebo, obligando a descontinuar el estudio de forma prematura. Los autores concluyen que, si bien los resultados son esperanzadores, no se puede afirmar una superioridad del TF sobre el placebo.
Es difícil que las agencias reguladoras y de vigilancia farmacológica americana y europea aprueben un tratamiento de esta naturaleza para cualquier indicación; sin embargo, su empleo nos ha aportado valiosa información microbiológica para identificar un consorcio de bacterias que, junto con los tratamientos ya conocidos, puedan aumentar las tasas de remisión es nuestros pacientes.
Bibliografía
- Hong, G. Dongjin Dynasty. Zhou Hou Bei Ji Fang; Tianjin Science & Technology Press: Tianjin, China, 2000.
- Van Nood E, Vrieze A, Nieuwdorp M, Fuentes S, Zoetendal EG, de Vos WM et al. Duodenal infusion of donor feces for recurrent Clostridium difficile. N Eng J Med. 2013; 368(5): 407-15.
- Moayyedi P, Surette MG, Kim PT, Libertucci J, Wolfe M, Onischi C et al. Fecal Microbiota Transplantation Induces Remission in Patients With Active Ulcerative Colitis in a Randomized Controlled Trial. Gastroenterology. 2015; 149(1): 102-9 e6.