En una tesis doctoral defendida en 1911 por Francisco Muñoz Seca, se hablaba ya de las distintas etapas de colonización del neonato amamantado y del uso de “fermentos” como prevención y tratamiento, entre otros aspectos clave del mundo de la microbiota y los probióticos. Desde El Probiótico queremos rendir homenaje a este verdadero pionero del empleo de los probióticos.
En el marco del VI Workshop Probióticos, Prebióticos y Salud: Evidencia Científica que organiza anualmente la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos (SEPyP), celebrado en Oviedo los días 5 y 6 de febrero de 2015, se ha presentado una comunicación oral sobre “La gastroenteritis de los niños y su tratamiento por los fermentos (etiología y patogenia)”.
Este título corresponde a una Tesis Doctoral que defendió el 28 de Junio de 1911, seguramente en la Universidad de Sevilla, el licenciado en Medicina Francisco Muñoz Seca y que obtuvo la calificación de aprobado. La Tesis fue posteriormente editada en Madrid en 1926 (figura 1). Un ejemplar de la misma fue hallado, de forma casual, por Internet, precisamente en la Librería Anticuaria de la capital asturiana.
Tras una breve introducción histórica donde menciona los trabajos de Theodor Escherich, de Henri Tissier y de Elie Metchnikoff, que sólo un año antes había hecho la observación de que los habitantes de las aldeas de los Balcanes alcanzaban edades muy avanzadas por el consumo habitual de una leche fermentada, Muñoz Seca describe los microorganismos implicados en la etiología de la gastroenteritis aguda.
Posteriormente, dentro de la patogenia de la enfermedad, nos habla de cuatro periodos de colonización en el recién nacido amamantado: aséptico, de infección creciente, de transformación de la flora y de la flora constante en la que predomina el Bacillus bifidus. Al comparar los datos con los obtenidos de niños criados con biberón, encuentra que en éstos el periodo de transformación de la flora es más lento, los B. bifidus no son preponderantes y hay muchos más tipos bacterianos.
Muñoz Seca estudia, además, el cambio de flora durante la gastroenteritis, sugiriendo como hipótesis que la ingestión de “fermentos” como medidas de prevención y tratamiento, empleando tres preparados: lactobacilina (bacilo búlgaro más Bacillus acidi lactis), Biolactyl (bacilo búlgaro más Streptococcus lactique), menos potente, y Lacteol (bacilos lácticos secos que reviven en el intestino), todavía menos potentes.
La Tesis finaliza con la exposición de una serie de casos de niños diarreicos y febriles que trató nuestro héroe con lactobacilina. Todos sanaron salvo uno, que murió debido probablemente a su extrema debilidad al inicio del tratamiento. Veinte años después de la defensa de la Tesis Doctoral, el pediatra japonés Minoru Shirota empleó una cepa de Lactobacillus casei, aislada de las heces de un niño, para fabricar una leche fermentada que utilizó para prevenir y tratar la diarrea. Desde entonces, se le ha atribuido el ser el primero en usar microorganismos vivos para combatir una enfermedad.
El doctorando, Francisco Muñoz Seca (figura 2), había nacido en el Puerto de Santa María en 1880 y era hermano de Pedro Muñoz Seca, el famoso escritor fallecido durante la Guerra Civil. Realizó su Licenciatura en la Universidad de Sevilla y ejerció de lo que hoy llamaríamos Médico de Familia, ya que fue pediatra, obstetra, etc. Muy querido y recordado por sus vecinos, tiene una calle con su nombre en su ciudad natal donde murió en 1950 (figura 3).
Desde www.elprobiotico.com queremos rendir homenaje a este verdadero pionero del empleo de los probióticos, término introducido por primera vez en 1965 por Lilly y Stilwell, pero que no fue hasta 1989 cuando por Roy Fuller se postuló como organismos vivos con efecto beneficioso para la salud.
Bibliografía
- Álvarez-Calatayud G, Suárez E. La gastroenteritis de los niños y su tratamiento por los fermentos (etiología y patogenia). Nutr Hosp. 2015: 31 S1: s49.
- Muñoz Seca, Francisco. La gastroenteritis de los niños y su tratamiento por los fermentos (etiología y patogenia). Tesis Doctoral. Madrid, 1926.