¿Podrían tener los probióticos una aplicación potencial como coadyuvantes al tratamiento y prevención de la halitosis?
La halitosis es el término empleado para describir el mal aliento. La causa principal es, generalmente, la putrefacción de sustratos proteicos por parte de los microorganismos gram negativos, lo que genera compuestos sulfúricos volátiles que constituyen los componentes más fétidos del aliento desagradable.
La producción y liberación de estos compuestos depende de la microbiota residente (generalmente, anaerobia y polimicrobiana) y de factores asociados al hospedador que condicionan el ambiente. La falta de higiene, el acúmulo de placa y detritus en la superficie lingual y la periodontitis son las mayores causas de halitosis.
Es un síntoma muy frecuente que padecen casi la tercera parte de las personas. Su prevalencia aumenta con la edad (es de menos de un 20% en la población pediátrica) y es un motivo de consulta muy habitual y que provoca preocupación por parte de los pacientes y sus familiares. Aunque no hay diferencias entre sexos, el femenino busca soluciones al problema con más frecuencia.
Aunque su etiología puede relacionarse con enfermedades extraorales, tanto otorrinolaringológicas o digestivas, pero incluso sistémicas, psicológicas, por consumo de medicamentos, etc., la mayoría de la patología que causa la halitosis (casi el 90% de los casos) reside en la orofaringe (lengua, gingivitis, periodontitis, tonsilitis, etc.), por lo que su tratamiento está enfocado a eliminar los microorganismos que la producen con productos antibacterianos y una buena higiene bucodental, aunque esta solución, en ocasiones, es solo temporal.
Sin embargo, tanto por los frecuentes fracasos en su tratamiento como en la búsqueda de otras causas fuera de la cavidad oral, son varios los especialistas que son consultados para solucionar el problema: médicos de atención primaria, pediatras, otorrinos y gastroenterólogos. Estos últimos son requeridos para descartar la presencia de reflujo gastroesofágico e, incluso, infección por Helicobacter pylori, siendo frecuente entre los pacientes el error de relacionar el test del aliento con la halitosis.
Dado que el desequilibrio de la microbiota oral puede estar involucrado en la patogenia de muchas enfermedades bucodentales, desde hace unos años se están empleando probióticos en el campo de la salud oral, sobre todo para la prevención y tratamiento de la caries o en la profilaxis de la enfermedad periodontal.
Para prevenir la colonización de los microorganismos causantes del mal olor, los probióticos podrían tener una aplicación potencial como coadyuvantes a su tratamiento y prevención. Los pocos estudios realizados hasta la fecha difieren en la cepa empleada, la forma galénica de administración y la duración del tratamiento, aunque en todos hay una disminución estadísticamente significativa de los niveles de los compuestos sulfurados volátiles, causantes del mal olor.
En la tabla adjunta se describen los principales estudios realizados hasta la fecha. No se incluyen estudios con otras cepas (asociación de L. brevis CECT7480 + L. plantarum CECT7481 y L. reuteri Prodentis) por no presentar estudios específicos frente a la halitosis.
En conclusión, existen por el momento pocos estudios para concluir que los probióticos puedan recomendarse de manera rutinaria en el tratamiento de la halitosis, aunque los resultados son esperanzadores y abren una nueva alternativa terapéutica a este problema tan difícil de resolver.
AUTOR |
CEPAS |
FORMA GALENICA |
DURACION |
EFECTIVIDAD |
Kang (2006) |
Weissella cibaria |
Enjuague bucal |
1 día |
↓ compuestos volátiles |
Burton (2006) |
Streptococcus salivarius K12 |
Masticable |
2 semanas |
↓ compuestos volátiles |
Iwamoto (2010) |
Lactobacillus salivarius WB21 |
Masticable |
4 semanas |
↓ compuestos volátiles |
Bibliografía
- Bosch M, Nart J, Audivert S, Bonacherra MA, Santos A, Fuentes MC et al. Isolation and characterization of probiotics strains for improving oral health. Arch Oral Biol. 2012; 57: 539-49.
- Burton JP, Chilcott CN, Moore CJ, Speiser G, Tagg JR. A preliminary study of the effect of probiotic Streptococcus salivarius K12 on oral malodour parameters. Journal of Applied Microbiology. 2006; 100: 754-64.
- Iwamoto T, Suzuki N, Tanabe K, Takeshita T, Hirofuji T. Effects of probiótic Lactobacillus salivarius WB21 on halitosis and oral health: an open-label pilot trial. Oral Surgery, Oral Medicine, Oral Pathology, Oral radiology, and Endodontics. 2010; 110: 201-8.
- Ferrer MD, López A, Carmelo-Castillo A, Simon-Soro A, Mira A. La microbiota oral. En: Álvarez-Calatayud G, Marcos A, Margollés A (Eds.). Probióticos, prebióticos y salud: Evidencia científica. Madrid: Ergon; 2016. p. 11-17.
- Kang MS, Kim BG, Chung J, Lee HC, Oh JS. Inhibitory effect of Weissella cibaria isolates on the production of volatile sulphur compounds. Journal of Clinical Periodontology. 2006; 33: 226-32.