En contraste con los trastornos metabólicos asociados a la obesidad, que pueden ser revertidos eficientemente con la dieta, las alteraciones de la microbiota relacionadas a la obesidad persisten durante períodos de tiempo más largos y esto se relacionaría con la tasa de recuperación de peso.
El siglo pasado ha sido testigo de un aumento alarmante en la prevalencia de la obesidad, con más del 44% de la población mundial adulta que se estima con sobrepeso y más de 300 millones de adultos con obesidad mórbida1.
La obesidad se considera un factor de riesgo importante para el síndrome metabólico y sus complicaciones, con severas consecuencias para la esperanza y la calidad de vida, así como para los costos de la atención médica. A pesar del continuo esfuerzo médico y científico, las estrategias a largo plazo destinadas a atenuar o revertir la epidemia de la obesidad han dejado resultados decepcionantes. Si bien una gran cantidad de enfoques dietéticos han sido eficientes en inducir la reducción de peso, en hasta el 80% de los casos en los que esta pérdida de peso fue inicialmente exitosa, el peso reducido no se mantiene, y en su lugar es seguido de un aumento de peso recurrente dentro de los 12 meses de la reducción de peso inicial. Esta recuperación de peso después de la dieta no estaría sustancialmente influenciada por factores genéticos. Esto se ejemplifica en trabajos con gemelos, en los cuales el empeoramiento de la recuperación de peso es independiente del peso inicial, del tipo de dieta o del ejercicio realizado. Hasta la actualidad, los mecanismos relacionados con este fenómeno de recuperación de peso, comúnmente conocido como el «efecto yo-yo«, aun no se han determinado2.
Un factor emergente que afecta a la homeostasis metabólica humana y al riesgo de obesidad y sus complicaciones metabólicas es la microbiota intestinal. Las alteraciones de la microbiota, tanto en su composición como en su función, se denominan disbiosis, y se ha sugerido que contribuyen a la patogénesis de la obesidad, tanto en modelos animales como en humanos. Por otra parte, la dieta ha demostrado ser fundamental para la composición y función de la microbiota, produciendo cambios en la misma a pocos días de su inicio.
En un estudio reciente publicado en la revista Nature3, se evaluaron ratones con pérdida de peso y recurrencia de la obesidad. Se encontró que, en contraste con los trastornos metabólicos asociados a la obesidad, que pueden ser revertidos eficientemente con la dieta, las alteraciones de la microbiota relacionadas a la obesidad persisten durante períodos de tiempo más largos y esto se relacionaría con la tasa de recuperación de peso. Esta disbiosis postdieta afecta a los niveles de flavonoides intestinales que, a su vez, podrían afectar al gasto de energía del huésped. Al mismo tiempo, crearon un algoritmo de aprendizaje automático que predice con éxito la propensión a la obesidad recurrente inducida por la dieta, sobre la base de la composición del microbioma. El trasplante de materia fecal o el tratamiento basado en metabolitos podrían mejorar la recuperación de peso postdieta.
Bibliografía
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- Thaiss CA, Itav S, Rothschild D, Meijer M, Levy M, Moresi C, Dohnalová L, Braverman S, Rozin S, Malitsky S, Dori-Bachash M, Kuperman Y, Biton I, Gertler A, Harmelin A, Shapiro H, Halpern Z, Aharoni A, Segal E, Elinav E. Persistent microbiome alterations modulate the rate of post-dieting weight regain. Nature. 2016; 540: 544-51.