Un estudio realizado en ratones libres de gérmenes muestra el papel de la microbiota intestinal en las manifestaciones intestinales y comportamentales del síndrome del intestino irritable de tipo diarreico, lo que abre la puerta a futuras aplicaciones terapéuticas.
La microbiota intestinal se compone de una gran diversidad de especies microbianas. Las funciones principales de la misma se relacionan con el desarrollo del sistema inmune y la homeostasis de la barrera intestinal, así como sobre el metabolismo y la energía del huésped. La influencia de la microbiota se extiende más allá del intestino. Recientemente se ha demostrado la habilidad de la microbiota para influenciar en el desarrollo cerebral, su neuroquímica y sobre las funciones tanto cognitivas como emotivas. A estas conexiones se las denomina eje cerebro-intestinal-microbiota1. Este eje parecería estar implicado en la patogénesis de un amplio espectro de enfermedades, tanto intestinales como neurológicas y psiquiátricas.
El síndrome de intestino irritable (SII) es un desorden intestinal muy común caracterizado por dolor abdominal con cambios en el ritmo evacuatorio. A esta entidad se la clasifica por sus características sintomáticas. Dentro de estos tipos sintomáticos, el SII de tipo diarreico (SII-D) es un subgrupo reconocido. Es síndrome se acompaña frecuentemente de comorbilidad psiquiátrica, como la ansiedad, y se la considera como un desorden en la conexión cerebro intestinal.
Un gran número de estudios ha demostrado cambios en la composición, estabilidad y actividad metabólica en la microbiota intestinal en al menos algún subgrupo de pacientes con intestino irritable. Aunque no se haya podido encontrar todavía un perfil microbiano específico para distintos subtipos de intestino irritable, se ha evidenciado una reducción en bacteroidetes y actinobacterias y un incremento en firmicutes y enterobacterias2.
En la Universidad de McMaster en Ontario, Canadá, De Palma y colaboradores evaluaron el rol funcional de las bacterias intestinales en el SII3. Se colonizó a ratones libres de gérmenes con microbiota fecal de individuos controles sanos o de pacientes con intestino irritable con diarrea (SII-D), con o sin trastornos de ansiedad, y se evaluó el comportamiento y la función intestinal en el ratón receptor. El perfil de la microbiota en el ratón receptor estuvo en concordancia con el perfil de microbiota de los donantes humanos. Los ratones que recibieron la microbiota fecal de los SII-D exhibieron un tránsito gastrointestinal más rápido, una disfunción en la barrera intestinal, una activación el sistema inmune innato y un comportamiento de tipo ansioso. Este resultado indica el potencial que tiene la microbiota intestinal sobre las manifestaciones tanto intestinales como comportamentales del SII-D, y sugeriría un potencial valor sobre las modalidades terapéuticas dirigidas a la microbiota intestinal.
Bibliografía
- Collins SM, Surette M, Bercik P. The interplay between the intestinal microbiota and the brain. Nat Rev Microbiol. 2012; 10: 735–42.
- Jeffery IB, O’Toole PW, Öhman L, Claesson MJ, Deane J, Quigley EMM, Simrén M. An irritable bowel syndrome subtype defined by species-specific alterations in faecal microbiota. Gut. 2012; 61: 997–1006.
- De Palma G, Lynch MDJ, Lu J, Dang VT, Deng Y, Jury J, Umeh G, Miranda PM, Pigrau Pastor M, Sidani S, Pinto Sanchez MI, Philip V, McLean PG, Surette M, Bergonzelli GE, Verdu EF, Britz-McKibbin P, Neufeld JD, Collins SM, Bercik P. Transplantation of fecal microbiota from patients with irritable bowel syndrome alters gut function and behavior in recipient mice. Sci Transl Med. 2017; 9: 379.