Las medicinas alternativas y los probióticos

Los probióticos en internet

Buscando información sobre probióticos es muy fácil topar con webs con contenidos sobre los beneficios saludables de la flora intestinal y las “bacterias buenas”. Muchos de estos artículos no parecen estar escritos por profesionales sanitarios y suelen comentar bastantes inexactitudes pseudocientíficas, aprovechando el artículo para publicitar preparados comerciales de dudosa efectividad que no especifican cepas, dosis ni indicación.

A pesar de las evidencias científicas demostradas -avaladas y promovidas desde esta web- del empleo de probióticos en diversas patologías y de las numerosas líneas de investigación abiertas sobre el papel de la microbiota, son innumerables las páginas sobre los beneficios saludables de la flora intestinal y las “bacterias buenas” que aparecen en Internet, muchas de ellas en espacios de salud con un contenido pseudocientífico.

Aunque este no sea el lugar más adecuado para polemizar sobre la eficacia de las Medicinas Alternativas, si entendemos por éstas como toda práctica que afirma tener los efectos curativos de la Medicina pero que no está apoyada por la evidencia obtenida mediante el método científico, por lo que su efectividad no ha sido probada más allá del efecto placebo; el uso de probióticos y prebióticos no debería entrar dentro de su ámbito.

Haciendo en Internet un breve recorrido por estas páginas, nos encontramos que, si bien algunas de ellas contienen varios párrafos con cierta credibilidad al estar sacados de publicaciones científicas, en general la mayoría llevan reflexiones que no están demostradas científicamente.

Es más, el entusiasmo de algunos autores sobre la eficacia de los probióticos hace que concretamente se mencionen beneficios que no han podido ser demostrados en la actualidad, estando todavía en ensayos de experimentación en investigación básica, como pueden ser la prevención del cáncer o la de los accidentes cardiovasculares.

Aunque los probióticos, a veces, aparecen reseñados en páginas de profesionales, quizás sean las páginas web de ALIMENTACION Y SALUD o de MEDICINA NATURAL donde más se hable de los mismos. Por ello, además de recomendar estos preparados, se habla de “dietas especiales” o se aconseja eliminar ciertos “alimentos dañinos” para la salud como la lactosa o el gluten en previsión de posibles intolerancias (no diagnosticadas, por cierto).

En general, muchos de estos artículos no parecen estar escritos por profesionales sanitarios y suelen comentar bastantes inexactitudes pseudocientíficas que provocan, cuando menos estupor: que los gases de la flora se pueden acumular en las articulaciones, que los preparados en comprimidos no contienen suficientes cantidades de probióticos, que los “bifidus” engordan, etc.

Muchas de las páginas web aprovechan el artículo para publicitar preparados comerciales de dudosa efectividad que no especifican ni cepas, ni dosis que contienen, ni para que patología están indicados, etc. Esto no quita que se presenten como EL PROBIOTICO IDEAL.

También es frecuente hacer un listado de alimentos con alto contenido en probióticos de incierta fiabilidad (aceitunas, kéfir, chucrut, etc.), en muchos de los cuales, de momento, no se han podido establecer científicamente sus propiedades beneficiosas. Es habitual que se mencionen términos ambiguos (dieta especial para la flora intestinal dañada) o curiosos (comida probiótica). Además, suelen aparecer en páginas de Salud al lado de apartados que no sugieren mucha credibilidad (¿por qué no debemos mezclar el agua con el limón?, o ¿cómo mantener los glúteos firmes?).

Por supuesto, aunque comprendemos que se trata de páginas de divulgación para la población general, casi nunca se mencionan aspectos como la seguridad en su empleo ni la evidencia científica que avale su efectividad. Sin embargo, sí se emiten opiniones sin respaldo científico (cuidado con su empleo en el embarazo, no se deben tomar durante mucho tiempo, etc.).

En resumen, los probióticos, igual que ocurre con otros componentes esenciales para la nutrición del ser humano, como las vitaminas y minerales, han caído en la fortuna de ser considerados buenos para la salud y compartir con otros “nutrientes funcionales” como los ácidos grasos omega 3 y 6 y la lactoferrina -por poner un ejemplo-, el favor popular. En cambio, malos tiempos corren para la leche, el gluten y el azúcar, causantes inmerecidos de catarros, dolores abdominales y niños agitados.

Fecha de última modificación del artículo: 15/12/2014
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El Probiótico

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